"En el fondo, los Estados Unidos, con su espacio, su refinamiento tecnológico, su buena conciencia brutal, incluidos los espacios abiertos a la simulación, constituyen la única sociedad primitiva actual. Y la fascinación reside en recorrerlos como si se tratase de la sociedad primitiva del futuro, la de la complejidad, el mestizaje y la mayor promiscuidad, la de un ritual feroz pero hermoso en su diversidad superficial, la de un hecho metasocial total y de consecuencias imprevisibles (...) pero sin pasado para reflexionarla, y por lo tanto fundamentalmente primitiva"
América de JEAN BAUDRILLARD (1987)
Es una constante para los Estados Unidos garantizar su seguridad política en terminos geográficos y hacer nuevas valoraciones geoestratégicas del mundo. Lo anterior, lo imprime en el US Defense Strategy; un documento considerado rector de la política de defensa nacional. Fue presentado en el Pentágono por Obama, Leon Panetta, Secretario de Defensa y el General Martin Dempsey, Jefe del Estado Mayor.
Obama señaló que todas las tendencias, demográficas, geopolíticas, económicas y militares se inclinan hacia el Pacífico. Por ejemplo, con China aunque no se da una confrontación directa, Estados Unidos intentará delinear sus áreas de influencia para lograr un contrapeso en el terreno económico y militar.
Estados Unidos declarado recientemente por Obama como un país del Pacífico, planea asociarse con varios países asiáticos e incluir a México y Canadá, para conformar un nuevo bloque comercial que amplíe la Asociación de Países del Trans-Pacífico (TPP), y contrarrestar el creciente poderío económico de China en Asia.
En el Medio Oriente, ante la ineficacia de las invasiones por tierra en Afganistán e Irak, el ejército trasladará sus estrategias de operaciones hacia el medio aéreo. Tal parece que EU no se da por vencido de querer cambiar aquello que no ha podido controlar con sus invasiones. Todavía quedan cerca de 20 mil Marines desplegados en Kandahar y Helmand, ambas regiones de Afganistán.
Por otra parte, Estados Unidos dejará de considerar a Europa como zona geoestratégica importante para mantener la seguridad internacional, por lo que rebajará el número de tropas situadas en ese continente.
Además, el documento contempla nuevos retos para hacer frente a la nueva guerra en el mundo cibernético. Países como Rusia y China, han desarrollado infraestructura informática capaz de filtrarse en los sistemas de seguridad de cualquier país. En los próximos años, sin duda, la guerra en las redes será parte de la agenda de seguridad a nivel internacional.
A propósito, el acceso a la información en internet está recientemente en un replanteamiento con la propuesta de la Ley para Detener la Piratería en Línea (SOPA, por sus siglas en inglés). Esta Ley es un arma de dos filos, si entra en vigor, la obtención de informacion no sólo será más regulada y hermética, sino se le dará más poder de control a las empresas que manejan la información, y se reducirá el acceso inmediato y gratuito. Por otro lado, contribuirá a vigilar la piratería en la Unión Americana.
En cuanto a su línea en política exterior, los EU buscan mantener su liderazgo mundial, y para tal fin, al interior necesitan conciliar intereses entre demócratas y republicanos para enfrentar al mundo de manera unificada y absoluta.
Esta necesidad de aceptación e imposición ante el mundo, viene de esencia como parte del modelo norteamericano occidental de la democracia.
Sin embargo, el bipartidismo emite diferencias de opiniones que se adaptan versátilmente dependiendo del momento electoral o de las necesidades inmediatas para resolver conflictos.
Por ejemplo, las propuestas emitidas por los dos partidos para hacer frente a la crisis económica que enfrentó EU hace aproximadamente un año, y que aún es un problema latente al interior para la reelección de Obama, en cara a las elecciones del 6 de noviembre en Estados Unidos. Si la economía estadounidense no mejora en los siguientes meses, los republicanos tienen una ventaja para obtener más votos.
Relacionado con la política migratoria, es posible no asociarlo como un asunto de política exterior, sino como un debate que debe ser resuelto mediante políticas internas y de prioridad para los aspirantes a la presidencia, ya que es necesario ganar los votos de la población latina que representa más del 15 por ciento.
Aunque los migrantes son parte considerable de la fuerza laboral y ocupacional de los Estados Unidos, ninguno de los pre candidatos republicanos está a favor de una reforma migratoria que legalizaría a la mayoría de los 11 millones de indocumentados y tampoco cuentan con una propuesta de soluciones sólida.
Además, sus posturas antiinmigrantes son tan extremas que es muy probable que no alcancen el 40 por ciento del voto hispano que, según los encuestadores, necesitarían los republicanos para ganar las elecciones.
Como Obama ha perdido su aura. Debe regresar el "Noble Peace Prize".
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