Expresión oral.

Consejos para hablar mejor en público. Hablar en público es considerado uno de los temores más difíciles de vencer por algunas personas. Ser la voz principal en una Conferencia, presentación o plática de negocios no importando el número de personas que asistan o el nivel académico de la audiencia. La expresión oral refleja la seguridad de la información a transmitir y de la seguridad personal en el control de las emociones. La inseguridad se proyecta a través de síntomas físicos como el tartamudeo, mareos, taquicardias, sudoración de manos, náuseas, entre otros, que paralizan al individuo cuando intenta explicar un tema. En ocasiones, de nada sirve preparar un discurso y repetirlo muchas veces si en el momento de la exposición el pánico invade al individuo.  Se tiende a olvidar el discurso, a divagar y no dejar un mensaje claro, a distorsionar el objetivo y pone en duda una imagen profesional carente de conocimiento. ¿Cómo actuar ante un auditorio que se vuelve el juez del orador? Se requiere en primer lugar de un compromiso personal. Transmitir el mensaje al público sin dar importancia a distractores. Por ejemplo, si la proyección del material preparado deja de funcionar, el orador debe presentarse optimista y demostrar que el material es sólo un recurso y no el objetivo. La preparación del tema debe ser realizado con tiempo de anticipación para tener espacio de cuestionarlo e investigarlo más. Si es posible, exponerlo primero ante el equipo de trabajo y así entre más preparado esté el tema se podrá vencer el miedo de responder a las preguntas del público. Si se percibe el miedo como un reto y no como un problema y se evita que los nervios traicionen y el miedo paralice, se podrán canalizar los puntos débiles en la fuerza que impulse con pasión la seguridad. Investigar con anticipación el perfil del publico que asistirá, ayudará a tener más seguridad en la actitud del orador al momento de la intervención, y más espacio para hipotetizar sobre la inclinación de las preguntas. La actitud mostrará la altitud del orador, al conducirse con respeto ante el público, ser abierto a las diferentes opiniones, generar confianza y motivación a cuestionar el tema. Al inicio de la presentación, se recomienda agradecer la introducción del presentador y la asistencia del público, lo anterior enmarcado por una sonrisa sutil que causará una buena imagen.  Modular la voz dependiendo del tamaño del auditorio, con micrófono manternelo a unos 5 o 10 centímetros de distancia. Para evitar el nerviosismo causado al ver directamente los rostros del público, se recomienda fijar la vista en un punto medio de frente, por arriba de la audiencia, de esta manera no lo percibirá el público Si la presentación debe ser breve, no se debe leer diapositivas al menos que haya algún dato duro importante que señalar. Ser concretos y precisos en una presentación profesional sin involucrar temas de religión, política, deportes, comentarios machistas o feministas que no vengan al caso. La expresión corporal es parte importante de la oral, el tratar de moverse entre el público, mover de manera natural las manos y brazos, y mantener una posición erguida, ayudará a relajar la tensión. Evitar sostener cosas entre las manos para evitar jugar con ellas (como una pluma), sacar las manos de los bolsillos y si se requiere un apuntador, usarlo sólo en los momentos necesarios y colocarlo en la mesa cuando no se ocupe. Grabar nuestra presentación es buena idea para identificar los errores de muletillas, además de que puede notar la fluidez de sus palabras. Cuidar del arreglo personal, procurando que sea impecable, planeando con anticipación la vestimenta que se usará. Al momento del cierre se debe preguntar si quedan dudas y responderlas sin caer en debates que den pauta a largas sesiones de preguntas y respuestas. Esto, podría afectar el trabajo realizado y abusar del tiempo de otros oradores. De manera cordial, trate de dar paso a la siguiente pregunta de acuerdo con la situación y al terminar, despedirse de la audiencia agradeciendo su atención.