miércoles, 9 de noviembre de 2011

El valor del esfuerzo.

En el juego de la vida se trata de hacer esfuerzos, de ganarse las cosas y no sólo ganar. Pero, ¿qué es de aquellos que son receptores pasivos?, ¿sabrán qué es la satisfacción?
Para sentir la satisfacción de los logros, se necesita primero, hacer el esfuerzo de pensar los problemas como desafíos y entender que son oportunidades para ganarnos la satisfacción. Para las personas receptivas que no hacen el esfuerzo por ganarse sus logros, necesitarán experimentar carencia para valorar la importancia de las personas u objetos.
Es necesario enfrentarse a la fuerza interior que nos impulsa a realizar cosas que nos causan daño, y una vez logrado se debe procurar su vigencia.  Por ejemplo, controlar el enojo y dejar de ser reaccionarios por situaciones del exterior. Se debe mantener la paz y tolerancia con uno mismo y hacerlo una forma de vida.

El enemigo más fuerte de cualquier individuo son las dudas e inseguridades. Las personas que creemos nos causan irritación, son verdaderamente las que nos ponen a prueba. A pesar de cualquier infortunio, se debe mantener un control interno que facilite el dominio de la tolerancia a la frustración.

La forma en que vemos la vida es como somos nosotros. La gente tiene sus propias creencias y formas de vida, la crítica viene enteramente de la forma en que concebimos nuestra realidad. Nuestra superestructura funciona como los lentes a través de los cuales observamos el mundo. Por lo tanto, se debe mantener una visión objetiva ante cualquier situación.
Ante esto, un consejo que recuerdo de la tía Chela: "Dios no te manda a la gente que tu quieres, te manda la gente que necesitas para ayudarte, lastimarte, dejarte, amarte y para convertitrte en la persona que debes ser". 

Toda la gente que aparece en nuestras vidas tiene una misión y las experiencias que vivimos con cada una nos dejan una lección, buena o mala, pero es la oportunidad para buscar la prosperidad como individuo.

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